Una desvirtualización del proyecto original, puede crear un «ente» en el centro de Madrid que no se referencia en nada a los icónicos vidrios setenteros de color apagado que coronan el Paseo de la Castellana.
Aquí podemos ver otra muestra de la controversia que puede generar una obra de rehabilitación, donde el intervencionismo doblega a la conservación, similar a la lucha mantenida por el binomio Ruskin/Violet Le Duc que originó las dos vertientes actuales en la restauración.»